
Perspectivas Episodio 1. Ruth Barranco
Ruth Barranco es una arquitecta de la percepción, una mente brillante que une arte, ciencia y diseño para dar vida a entornos que impactan en nuestras emociones, nuestra creatividad y hasta en nuestra forma de pensar. Es doctora en Historia del Arte, experta en dirección artística cinematográfica y Neuroarquitectura, y su trabajo va mucho más allá de la estética: investiga cómo los espacios nos afectan a nivel mental y sensorial.
Desde su firma, Ruth Barranco Interiorismo, apuesta por una nueva forma de habitar, basada en estrategias científicas que mejoran el bienestar y potencian la creatividad. Su línea de investigación académica profundiza en la dirección de arte cinematográfica, explorando cómo la puesta en escena y el diseño de espacios cuentan historias y refuerzan el mensaje de una película.

Conversamos con Ruth sobre el impacto sensorial y emocional que supone gestionar los espacios desde una perspectiva tan innovadora como la dirección cinematográfica y la Neuroarquitectura.
¿Qué fue lo que te motivó como interiorista a estudiar una tesis doctoral?
Entiendo la tesis como algo natural y lleno de sentido por mi interés por el espacio como elemento de expresión artística, de ahí mi afán por formarme en él y entenderlo; esto me ha llevado a especializarme en el ámbito cinematográfico, explorando cómo la dirección de arte en el cine influye en la percepción del espectador.
¿Cómo te inspira la parte visual cinematográfica en tu trabajo de crear espacios del día a día?
El diseño de interiores no sólo trata de crear espacios estéticamente atractivos, sino de generar una experiencia sensorial. Me inspiro en la forma en la que el cine utiliza el color, la luz y la composición para contar historias y lo aplico al mundo real.
Si apagas el sonido de una película y sólo miras las imágenes, puedes percibir una historia paralela. En el interiorismo pasa lo mismo: cada elemento comunica algo, aunque no nos demos cuenta.
Este enfoque me ha llevado a desarrollar proyectos que van más allá de la decoración, centrándome en el impacto psicológico de los espacios en sus habitantes.
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Hablemos de lo que te diferencia, uno de tus pilares de forma de trabajar, la Neuroarquitectura: diseñar para el bienestar. ¿Qué es y cómo se aplica a los espacios que habitamos?
La Neuroarquitectura es una disciplina que estudia cómo los espacios influyen en el cerebro y las emociones. Durante años he trabajado con sensaciones y emociones sin saber que existía un término para ello. La Neuroarquitectura nos permite medir cómo ciertos colores, formas y distribuciones espaciales afectan nuestra percepción y bienestar.
La colorimetría es clave en la decoración y, al igual que en la moda atendemos a las tendencias, como en este 2025 el color Mocha Mousse. ¿Cómo de importante consideras el uso de las tendencias en color en nuestros hogares?
La luz, los colores y la distribución de un espacio pueden afectar el estado de ánimo y la productividad de una persona. Por ejemplo, se suele decir que el blanco es un color relajante, pero estudios recientes demuestran que no es el
más adecuado para generar calma. Hay tonos neutros que funcionan mejor. Los colores nos inspiran y, a menudo, dejamos las tendencias para los elementos textiles o una pared para añadir un punto diferencial. Cada espacio es único; de ahí la importancia de atender ese factor de manera individual.

Me gustaría saber, Ruth, cómo haces para llegar a conocer el objetivo y las necesidades decorativas de cada cliente.
Con cada cliente se parte de una visita inicial, normalmente en su espacio, y de una gran observación. A menudo, lo que el cliente comenta no es lo que realmente quiere, necesita y no es real porque es una imagen que habitualmente no es factible en el proyecto. El mapeo sensorial es una técnica derivada de la Neuroarquitectura que le permite entender las emociones de sus clientes en relación con su espacio.
Consiste en analizar cada espacio desde la experiencia del usuario. Funciona muy bien en espacios que ya están construidos. ¿Dónde se sienten cómodos? ¿Qué rincón les genera incomodidad? A veces no se trata de estética, sino de percepciones inconscientes que podemos modificar con un buen diseño. Gracias a este enfoque, mis proyectos no sólo son visual mente atractivos, sino que mejoran la calidad de vida de quienes los habitan.

«Es importante conocer
las tendencias, pero más
importante es saber
cuándo aplicarlas y
cuándo no»


La figura del interiorista tiene una gran parte de acompañamiento a lo largo del proyecto; en Rey son expertos en crear hogares únicos, ¿Cuál es tu experiencia personal con la marca Rey?
Lo primero que me gustaría hacer es felicitarlos por el giro y la transformación de la marca, es un proceso muy inspirador; parten de una marca conocida y han conseguido actualizarla, adaptándose a la tendencia, al mercado y, al mismo tiempo, dedicando el tiempo al acompañamiento final que se hace en las tiendas. La integración de los estilos de vida con Nature, Eclectic y Essential, supone un acierto para que el cliente se identifique.
Hablemos de tendencias en interiorismo, más allá de la moda, ¿Eres de las que las siguen y persiguen o permaneces en un plano más atemporal?
Soy de las que les gusta estar al día y, como le digo a mi hija, -¡Hay que leerlo todo!-. Otra cosa es la implementación posterior en los espacios; no las considero una regla absoluta en mis proyectos.
La importancia de los materiales, ¿cuáles son aquellos que te inspiran a la hora de crear y diseñar espacios?
Tengo una debilidad por los materiales nobles, aquellos que transmiten historia y personalidad. Entre mis favoritos están: la piedra, desde su versión más tosca hasta el mármol más pulido, la arcilla y el cemento, materiales con textura y que tengan carácter. Me encantan las maderas exóticas, especialmente aquellas con vetas marcadas y acabados naturales. Y también el cristal y los espejos, que cuando son utilizados estratégicamente multiplican la luz y la sensación de amplitud.
En tu trayectoria, has trabajado en proyectos residenciales y comerciales, pero uno de tus mayores desafíos ha sido el diseño de un coworking, estos espacios donde convergen múltiples empresas y profesionales. ¿Cómo
has gestionado este reto profesional?
Un coworking no es sólo un lugar de trabajo, es un ecosistema donde la creatividad, la productividad y la convivencia deben fluir de manera natural.
Para lograrlo, aplico mis conocimientos en Neuroarquitectura y dirección de arte, creando ambientes que fomentan la concentración y la interacción. El cerebro necesita espacios amplios y luminosos para trabajar, pero también rincones donde poder desconectar. Mi reto ha sido diseñar un coworking equilibrando estos dos factores.
«El espacio es un actor más dentro de una película. Nos transmite sensaciones, nos
habla sin necesidad de palabras. Ese ‘oficio invisible’ es lo que más me fascina de la dirección de arte»


